Las joyas de los 90 han vuelto con fuerza, marcando una tendencia que refleja claramente que la moda es cíclica. En las tiendas, los complementos siempre han sido una parte esencial con los que adornar nuestro look, pero rara vez vemos una tendencia tan definida y universal como la que estamos presenciando en el street style.
¿Quieres hacerte expert@ en visual merchandising y estilismo? Anímate a cursar nuestro diploma.

Los noventa han vuelto, y lo han hecho a lo grande.

Desde el año pasado, hemos observado como los accesorios que solíamos usar en los años 90 han ido regresando gradualmente, llenando cada outfit de nostalgia y estilo. Esta revitalización comenzó tímidamente el pasado verano con los chokers de bolas, tejidos, bordados e incluso combinaciones de varios materiales, y desde entonces hemos visto cómo estos elementos icónicos han ocupado un lugar destacado en nuestros joyeros. No es de extrañar que las flores de tejidos como el satén, el terciopelo o incluso el vaquero, con o sin brillantes, hayan regresado con fuerza, a menudo unidas a lazos que anudamos al cuello para añadir un toque especial a nuestros conjuntos. Personalidades incluyentes como Grece Ghanem, Camille Charrière y Anne-Victoire Lefevre ya han adoptado esta tendencia, convirtiéndola en un básico tanto para estilismos informales como elegantes.

Fuente: Instagaram de @VikiLefevre y @camillecharriere

 

Joyas personalizadas: nueva tendencia

Otro elemento destacado que regresa de los años 90 son las joyas personalizadas, muy populares en la actualidad. Aunque el fast fashion aún no ha adoptado por completo este estilo, en nuestras joyerías de confianza encontramos una amplia selección. No podemos olvidar el icónico collar de “Carrie” de la mítica serie “Sexo en Nueva York”, que sigue siendo una inspiración para muchas mujeres. Hoy en día, podemos llevar un pedacito de esa nostalgia y glamour con nosotros, ya sea en forma de colgantes, anillos, pulseras o pendientes.

En resumen, la vuelta de las joyas de los 90 nos recuerda que la moda es un ciclo constante de reinterpretación y renovación. Ya sea mediante elementos nostálgicos o nuevas tendencias personalizadas, estas últimas nos permiten expresar nuestra individualidad y estilo personal de manera única y atemporal.