Decía Herman Melville “Hay dos lugares en el mundo en los que una persona puede desaparecer por completo, la ciudad de Londres y los mares del Sur”.

Y es que es una ciudad en la que merece la pena perderse. Es una ciudad que combina siglos de historia con años venideros, mercados de antigüedades que guardan historias con tiendas de lujo para unos pocos empoderados, calles principales que ven pasar a miles de turistas día tras día con pequeñas callejuelas y barrios que presumen de tener un encanto particular… Esta es Londres, una ciudad variopinta que ha conseguido convertirse en una de las grandes capitales de la moda.