En ELLE Education y mindway, creemos que la formación va mucho más allá de la teoría: es una experiencia transformadora que debe inspirar, conectar al alumno con la industria  y despertar su vocación auténtica. Por ello, fue un verdadero honor recibir a Ramón Freixa, chef con 2 Estrellas Michelin y 3 Soles Repsol, como ponente en una de las sesiones más especiales de nuestro Certificado Wedding Planner. Durante su masterclass, Freixa no solo compartió su experiencia en la alta cocina, sino que ofreció una visión profunda de su filosofía gastronómica, donde la felicidad es el ingrediente principal.

Cocinar para hacer feliz

“La filosofía de mi cocina —nos dijo Ramón— gira alrededor de transmitir y compartir felicidad. Igual que en el arte y en la vida”. En su restaurante, cada plato es una experiencia sensorial que va más allá del gusto: busca provocar emoción, sorpresa y placer. Este enfoque también se traslada al universo de las bodas, para Freixa la gastronomía es, después de los novios y la ceremonia, el tercer elemento más importante de un enlace: «Nadie va a una boda a no comer. Todo el mundo quiere comer, beber y pasárselo bien.» 

Durante la sesión, el chef desveló los tres pilares esenciales sobre los que construye cada propuesta gastronómica:

  • El producto, que conecta con sus raíces y el territorio.
  • El sentimiento, como esa pasión invisible que da alma a cada plato.
  • La técnica, imprescindible para ejecutar con precisión y creatividad.

Esa misma lógica se aplica al diseño de un menú nupcial: no se trata solo de cocinar bien, sino de crear una experiencia personalizada, coherente con la historia de los novios, el lugar, la temporada y el estilo de la celebración. «Desde sus inicios, la filosofía del menú de bodas ha sido siempre comer algo que no comes en tu día a día. Ahora evolucionamos hacia una cocina de producto, muy de temporada, muy local. Casarse en invierno no es lo mismo que hacerlo en verano, ni en Madrid que junto al mar.» 

Cada plato, una fusión de excelencia y belleza

La charla también abordó el compromiso con la excelencia en todos los niveles: desde la materia prima hasta la presentación final del plato. Una calidad que se construye a través del saber hacer, el “savoir-faire” que combina conocimiento, pasión y exigencia profesional. Por eso, en su cocina no tienen lugar los productos sin trazabilidad, poco sostenibles o de bajo valor nutritivo. Cada elección está pensada para garantizar el máximo respeto por el producto, el entorno y el comensal.

Ramón también reflexionó sobre cómo han evolucionado las bodas en los últimos años, especialmente en el aspecto visual. Hoy, la presentación de los platos es casi tan importante como su sabor, en gran parte por el impacto de las redes sociales: «Vas a una boda y lo primero que haces es hacerle una foto al plato para luego contarlo en redes. Por eso, saber emplatar y presentar bien es parte esencial del éxito.»