Con los desfiles de las más importantes capitales de la moda en todo su bullicio, me pareció una buena idea echar una ojeada al pasado, en busca de no tan añoradas épocas, en donde la industria textil no gozaba de su mejor esplendor.
Tiempos en donde la guerra obstaculizaba la posibilidad de adquirir las telas y materiales necesarios para el diseño de prendas, con los que los diseñadores más famosos del momento pudieran vestir a sus musas.