El lujo tradicional ligado a la historia, exclusividad, artesanía y materiales nobles nunca dejó ni dejará de estar en boga, sin embargo el lujo democrático de los ‘90 tomó las riendas de una sociedad sedienta de valoración. Hoy, con creativos que crecieron bajo ese mismo esquema, se erige un nueva generación de diseñadores en busca de reencarnar el lujo español. Un lujo basado en la tradición pero bajo una mirada millennial. No es ostentación sino discreción; es escaso pero accesible; es creativo, no masivo; es experimentación, no posesión; es solidario y de reflexión. Y ante todo, es subjetivo. Tan subjetivo que termina por ser incuestionable.