La semana pasada contaba en el blog que llevo con mi pareja slumroom.com que la felicidad es algo que aparece en pequeñas dosis. Y para recibir esa dosis hay pasar por diversos procesos de espera. Por eso dicen que el tiempo es un arma valiosa, algo que no podemos desperdiciar, es cambiante, a veces lento, otras veces desaparece tan rápido como la bruma. En todo caso es un valor personal. Cada uno decide dónde invertirlo y cómo jugar con él.